¿Qué son los objetos transicionales y por qué son tan importantes para el desarrollo emocional infantil?
Desde hace un tiempo existe en el mercado los llamados “juguetes de apego” que se venden para facilitar el sueño infantil. Se trata de un tipo de juguetes que se recomienda a las mamás que, antes de ofrecérselo a nuestro bebé, le impregnemos de nuestro olor. ¿Cuál es la clave de su éxito?
En 1958, el pediatra y psicoanalista D. Winnicott publicaba su trabajo “Objetos y fenómenos transicionales» en el que explicaba cómo el bebé necesita crear un espacio y un objeto propios que le permitan sentirse seguro cuando sus figuras de referencia no estén presentes. Ese fenómeno que ocurre a partir de los primeros meses de vida, tiende a abandonarse en el momento que aparece la función simbólica. Y con ella, el bebé pueda interiorizar y confiar en sus propias capacidades sintiéndose así seguro por sí mismo.
Winnicott describió el proceso de ilusión-desilusión que las mamás deben ofrecer a sus bebés a través de facilitar el vínculo con objetos que tenga un significado especial y así contribuir a un óptimo desarrollo emocional.
Veamos un ejemplo:
María tenía mucha necesidad de tener a mamá cerquita y mamá atendió esa necesidad (ilusión) durante toda su baja maternal hasta que tuvo que incorporarse a su trabajo. ¿Qué pasaría con María? Mamá debía atender también esa desilusión de María ayudándola a encontrar un sustituto de mamá. Los objetos transicionales son ese sustituto que los niños utilizan para calmarse mientras mamá no esté.
El doudou de María le proporcionaba ese olor de mamá que tanto la tranquilizaba pero también le permitía aprender que podía estar segura aunque mamá no estuviera presente.
Contribuir a un óptimo desarrollo emocional es aportar recursos que permitan la autonomía. Los muñecos de materiales amorosos suelen ser los objetos transicionales más recomendados pero también los chupetes, el dedo en la boca, chupar o enrollar el dedo en un trozo de tela pueden considerarse también como objetos transicionales y cuentan todos ellos con una gran efectividad.
Podemos pensar, en el caso de María, que lo más óptimo para su desarrollo hubiera sido que mamá no fuera a trabajar y estuviera a su lado siempre que la necesitara.
¿Sería eso lo mejor para María? Si eso ocurriera, María no tendría la oportunidad de confiar en sus propias capacidades. Los bebés necesitan de sus mamás pero también necesitan que sus mamás acompañen su desarrollo de acuerdo al principio de realidad que no es otro que el de poderse valer por uno mismo.
Con los muñecos, los bebés pueden calmar sus primeras ansiedades y sentirse tranquilos y seguros. Apegarse a ellos y desarrollar internamente el concepto de amistad, de compañía es un avance valioso en su crecimiento. A partir de esos primeros compañeros de vida, los bebés aprenderán que disponen de diferentes objetos con los que reconfortarse y aprender.
A partir de los 3 años, los objetos y los fenómenos transicionales adquieren una nueva dimensión ya que con el desarrollo del lenguaje aparece la función simbólica. Con esta función, los peques pueden empezar a crear categorías cognitivas y elaborar pensamientos prospectivos. Es a partir de esa edad que serán capaces de hacer “como si…” y aprender a integrar y recordar los sucesos vividos. Los muñecos y juguetes de apego ya dejarán de ser los sustitutivos de mamá para adquirir todo su potencial como juguetes con propia personalidad. Serán los juguetes a los que asignarán diferentes roles, doudou dejará de ser ese compañero del que no se separa para pasar a ser objeto de juego con el que representar al amigo del cole que no para de molestar.
Para que un objeto siga manteniendo esa función transicional que permita el aprendizaje y la maduración emocional es necesario que adquiera un significado importante para el niño. Por ejemplo, los cuentos y los dibujos animados también suelen tener esa función.
Muchas veces creemos que los personajes ideados para niños los entretienen pero eso no es sólo así. A través de sus personajes favoritos, los niños aprenden a entender y resolver sus propios conflictos. Son esos muñecos que cobrarán vida y a los que les suceden cosas parecidas a las suyas: les preocupan cosas, se meten en líos, encuentran soluciones… sus aliados más importantes. Prestar atención a los personajes con los que tu hijo o tu hija se identifica te da una valiosa información sobre qué necesidades o conflictos tiene. También es un magnífico recurso para ayudarle a integrar aquellas cosas con las que tiene más dificultad. Por ejemplo, vamos a suponer que tu hijo tiene dificultades para ir al colegio y que le gustan los dibujos de Caillou, puedes tienes una aventura en la que va al colegio y con la que puedes trabajar las dificultades de tu hijo para ayudarle a que las supere tal como lo hace su amigo.
También en KASH-LUMN Family Care creamos productos y recursos que faciliten el desarrollo de la infancia teniendo en cuenta el “poder” de los objetos transicionales. Por ello, hemos creado una colección de cuentos que personalizamos y lo hacemos utilizando como personajes a unos divertidos dragones que facilitan simbólicamente la expresión tanto de aspectos positivos como negativos.
RECUERDA,
los objetos transicionales son un valioso recurso para la maduración emocional de la infancia, utilízalos adecuadamente.