¿Qué significa para la función materna la alimentación infantil? Muchas son las voces que abogan por la leche materna como el mejor alimento con el que una mamá puede alimentar a su bebé. Desde un punto de vista psicológico, amamantar es mucho más que ofrecer el mejor de los alimentos. Es la mayor oportunidad que tenemos para comunicarnos a través del piel con piel y afianzar el apego seguro que se construye desde ya antes del nacimiento.
Alimentar a demanda
Los bebés nacen con una capacidad innata altamente eficiente, el instinto de auto-regulación energética por el que todo bebé sano sabe la cantidad de alimento que debe tomar en función de sus necesidades energética. No todos los bebés gastan igual ni todos necesitan las mismas cantidades de alimento. Sabremos que un bebé tiene suficiente cuando deje de succionar el pecho o no quiera más biberón. De ahí que debamos ser respetuosos y no condicionar su alimentación. La frecuencia de tomas y la cantidad de ellas deberá ser proporcional y atender a su demanda. De esta manera, siendo sensibles a la sensación de hambre y saciedad de nuestro bebé, propiciaremos el ajuste de ingesta de alimento y favoreceremos una alimentación que responda a sus necesidades nutricionales.Cuando no atendemos a esa necesidad y obligamos a nuestro bebé a comer por encima de sus necesidades creamos pautas de conducta que anulan ese instinto interfiriendo en el consumo adecuado para un óptimo crecimiento.
¿Qué ocurre con el destete?
Desde la psicología del desarrollo, sabemos que para un óptimo proceso de maduración es oportuno iniciar el destete a partir del momento en qué bebé y mamá estén preparados. Pero sobre todo cuando hay que dar un paso hacia adelante que favorezca el crecimiento. Y ese crecimiento debe contemplarse tanto desde lo nutritivo-alimenticio como desde lo madurativo-emocional. ¿Qué alimentos necesita mi bebé para crecer? ¿Cómo favorezco en mi bebé capacidades para afrontar las ansiedades de separación?Aunque creamos que crecemos de forma lineal, no es así, toda evolución precisa de situaciones “críticas”. Porque permiten dejar atrás una etapa para avanzar en la siguiente. En la alimentación infantil esas crisis aparecen a lo largo de los primeros años del desarrollo.
También las ansiedades de separación son una de esas situaciones críticas. Comienzan en el momento en que todo bebé puede percibir a mamá como un ser diferenciado y empezar así a formar su propia identidad. La primera de ellas suele acontecer hacia el tercer mes de edad por lo que es importante el uso de los llamados objetos transicionales . Éstos permiten la adquisición de capacidades de autonomía y autoregulación.
En la introducción de la alimentación complementaria se da otra de esas situaciones críticas. Una crisis, en la que la alimentación infantil nos enfrenta a grandes retos, el mayor de todos, la neofobia.
¿Qué es la neofobia en la alimentación infantil?
La neofobia es la capacidad innata, presente en todos los mamíferos, que nos protege de la ingesta de cualquier alimento para la que el organismo no esté preparado. Los humanos contamos con una emoción poderosa, altamente protectora, que se activa ante todo aquello desconocido. Y todo lo desconocido, el cerebro lo interpreta como potencialmente peligroso: es la emoción del miedo. Nacemos y morimos con miedo porque el miedo nos hace ser prudentes ante cualquier situación desconocida. Por ello, cualquier alimento que no tenga las características de la leche materna, el bebé lo rechazará. Ya que ese y no otro es el alimento único y exclusivo que va a necesitar durante sus 4-6 primeros meses de vida. Pero, ¿qué pasa después?Todos los profesionales que nos dedicamos al desarrollo infantil sabemos que en un crecimiento normal, hacia los 6 meses, se completa el sistema digestivo del lactante . Con ello, la posibilidad de que el bebé pueda empezar a digerir otros alimentos. A partir de esa edad, la leche materna ya no será suficiente para completar todos los nutrientes que un bebé necesita. Así, a partir de los 6 meses hay que empezar a introducir nuevos sabores y texturas aunque nuestro bebé se resista a ello ya que su neofobia le estará diciendo no, no, no…
BLW, un método óptimo en alimentación infantil
A los psicólogos que nos dedicamos a las emociones infantiles, el Baby-Led-Weaning nos gusta. ¿Por qué? Porque favorece una de las capacidades más importante de la infancia: la curiosidad. Para vencer la neofobia es imprescindible que la estimulemos. Un niño, una niña a los que ofrecemos nuevos sabores mostrandoles ilusión por algo desconocido pero fascinante, lo probarán. Un niño, una niña con los que compartimos todo tipo de alimentos de colores, formas, texturas, sabores, lo probarán. Esa es la base para una introducción exitosa.Son numerosas las consultas, que atendemos los profesionales de la infancia, respecto a las dificultades que aparecen en la alimentación infantil. Y numerosas las ocasiones que se realizan cuando ya tienen edad para comer de todo y más. ¿Por qué las familias posponen la búsqueda de soluciones?
La respuesta no es sencilla ya que una de las causas está en las bondades de la leche materna y el falso mito de que es suficiente hasta al menos los 2 años. La OMS recomienda lactancia materna exclusiva durante seis meses y la introducción de alimentos apropiados para la edad y seguros a partir de entonces con mantenimiento de la lactancia. Pero, ello no significa que a partir de los 6 meses la leche materna siga siendo el alimento de elección sino que ésta tiene que ir dejando paso a todos los nutrientes y características alimenticias que el bebé precisa para crecer y seguir desarrollándose. Y de ello se encarga el BLW.
¿Qué hacer cuando surgen los problemas?
Hasta los 6 meses el reflejo de succión era imprescindible, la masticación será a partir de entonces la acción fundamental que necesitará para fortalecer y desarrollar su aparato buco-dental y todas las capacidades implicadas en él, en especial el lenguaje. Empieza así el nuevo reto de la alimentación infantil y la mayoría de los problemas.En el estudio publicado por el Instituto DKV de la Vida Saludable en el que se analizaron el proceso y el ambiente durante las horas de la comida de 40 familias españolas con hijos entre 3 y 7 años, se concluyó que la actitud de los padres es una variable fundamental para un óptimo comportamiento alimentario de los hijos. A partir de los resultados obtenidos en ese estudio, se elaboraron 10 consejos que he recogido en la siguiente infografía y también consultar en el enlace Comer en Familia.
En KASH-LUMN Family Care sabemos de la problemática que tiene para muchas familias conseguir una alimentación infantil satisfactoria y para ello hemos elaborado recursos y estrategias como el Juego de nuestro amigo el Dragón COMELOTODO, que permitan crear un ambiente propicio que fomente la curiosidad ¿tienes problemas con tu peque?
¡Consúltanos!