En mi niñez, a mi madre le gustaba cantar una canción que decía “de madre sólo hay una y a ti te encontré en la calle” y al acabar añadía y de papá también. Quizás por ello cuando busqué un titular para hablar de los actuales tipos de familias me salió así la pregunta.
En aquellos años, la respuesta a nuestro titular, mucho tendría con el sentir de la canción pero… los tiempos avanzan una barbaridad y en este mundo nuestro, en el inicio de esta adolescencia del siglo XXI, una magnífica iniciativa de una genuina mamá que crea el cuento-juego Famílium XXI, nos muestra hasta 12 tipos de familias distintas.
De Famílium XX1, escrito por Gloria Canyet y Bel Bellvehí con ilustraciones de Maria Girón hemos elegido la historia de Emma para hablar de uno de los tipos de familias que más llegan a las consultas psicológicas infantiles: las familias reconstituidas.
Emma, ya tiene 6 añazos, una mamá, dos casas, creo que no sabe muy bien si uno o dos papás, desde hace unos meses un hermanito que se llama Enric y una señora que vive con papá y que no sabe si, como empieza a decir Enric también la tiene que llamar mamá.
Desde las teorías psicológicas genetistas infantiles, sabemos que los bebés construyen su identidad a partir de sus progenitores (bagaje genético) y de las figuras paternas que se ocupan de su crianza. Si en otro tiempo ambos eran impensablemente inseparables (a excepción de los casos de abandono, en el que padres adoptivos tomaban el relevo o nuevas nupcias por viudedad, en el que madrastra y padrastro tomaban protagonismo con no demasiada buena prensa), hoy en día es difícil encontrar una familia que responda a los cánones tradicionales y cada vez son más los que claman al cielo por el declive de la familia nuclear. Ese no será el motivo de reflexión de este post pero si haré mención de un aspecto a tener en cuenta, el concepto de “nuclear” tomado de la física y la biología como punto central y constitutivo de un átomo, de una célula.
Volvamos a la familia reconstituida, Famílium xx1 la define como la familia que se crea por una nueva unión de uno de los miembros de la pareja originaria y en la que los peques tienen más de un núcleo familiar.
Si prestamos atención a la familia originaria y empezamos a imaginar todas las posibilidades de uniones que responden a su vez a tipos distintos tipos de nuevas familias y de ahí al infinito, el resultado puede ser interminable. Además la familia reconstituida tiene una peculiaridad que no tiene ninguna otra, para reconstituir es condición necesaria destruir y de ahí toda la complejidad de la situación ya que la INFANCIA SÓLO CONSTRUYE, ello es una característica inherente a la vida y al crecimiento. Por ello, para los niños ese tipo de familias, psicológicamente, son las más difíciles de integrar.
En la historia de Emma, tanto papá como mamá han rehecho su vida y Emma es feliz soplando sus 6 velas acompañada de su gran familia (mamá y papá con sus respectivas parejas, su hermano menor y todos los abuelos, tíos, primos de sangre o de no-sangre,… total, un montón). Emma tiene suerte de tener tanta gente que la quiere y también 2 casas, 2 dormitorios, 2 armarios, 2 montones de juguetes, 2… Efectivamente no puede más que ser feliz si lo tiene todo por duplicado y lo divertido de ir para aquí y para allá.
De todas maneras, ¿os habéis parado a pensar el esfuerzo mental que debe hacer cada día para…? recordar dónde tiene esa falda que tanto le gusta (en mi casa ¿de mami o de papi?), dónde jugará con su amiga monster hide (ahí el tema está resuelto, le han ¡comprado dos!) en qué casa colgará ¿su póster favorito y sus tesoros?
El caso de Emma es genial, seguramente desde que ha nacido Enric, ir a su casa de papá es mucho más divertido porque ya tiene con quién jugar pero…
¿Qué ocurriría si en casa de papá aparecieran de vez en cuando unos monstruos a los que la señora llama hijos y que sólo la hicieran enrabiar? ¿Qué ocurriría si después de que mamá sólo estuviera por ella, de repente aparece un señor que la quiere mucho y una niña que también dice quererla? ¿Qué ocurriría si…?
Las familias reconstituidas son verdaderas pruebas de fuego para la creación de la propia identidad y la formación de la personalidad. El proceso natural del quién soy, dónde estoy, de dónde vengo y a dónde voy cobran un papel difícil de resolver. Como padres, debemos comprender, acompañar, ayudar a procesar las nuevas situaciones, roles, relaciones, emociones… con paciencia. Pero por encima de todo, las familias reconstituidas nos ofrecen una valiosa oportunidad, la de fomentar la tolerancia, la educación en valores y lo más importante la adaptación a la realidad desde el respeto a la propia identidad porque al final un bebé sea de la familia que sea, es de ÉL.